Referencia
Querida Flor:
Este cuento tiene todos los ingredientes para construir una miniguía sobre las cosas importantes que hay que tener en cuenta en la parentalidad adoptiva.
Me parece fundamental el señalamiento que haces al principio de la importancia de tener en cuenta a todos los protagonistas de una historia. Estoy totalmente de acuerdo en la importancia de la narrativa para poder entender nuestra historia. El que nos cuenten cómo ha sido esta, independiente de las experiencias adversas vividas, ayuda a construir uno de los ejes básicos de la identidad: la continuidad.
En el contenido de las tres voces: madre biológica, padres adoptivos e hijo adoptado, veo la sencillez y ternura con la que haces referencia a factores fundamentales que debemos considerar.
En el capítulo dedicado a la madre biológica, con tus palabras “muchos cielos y muchas lunas la vieron crecer y crecer”, “sentía cómo te movías”, “Escuchando el canto de mi voz” o “latía tu corazón junto al mío” veo la importancia que hoy ya sabemos que tiene la influencia de la estancia en el útero, de cómo el bebé aprende y siente sobre su madre, aprendizaje que quedará grabado en su memoria y en su cuerpo.
También refieres la importancia de permitir elaborar una despedida entre madre y bebé; el dolor de la mayoría de las madres que tienen que dar a sus hijos en adopción y sus mejores deseos para su hijo que, siempre llevará en su corazón.
En el capítulo de los padres adoptivos reflejas muchas de las cualidades necesarias para hacer un buen acompañamiento emocional. Por un lado, la maravillosa e imprescindible alegría de su llegada, pero por otro refieres la importancia de comprender su dolor en extrañar a su madre biológica, “extrañar su olor, extrañar su voz”.
Estos padres le proporcionan un lugar seguro y feliz para su desarrollo integral, calman sus necesidades básicas, le cuidan con amor, le acompañan en las dificultades y le dan el apoyo y la libertad necesaria para que busque a su familia biológica.
En el capítulo de la voz del hijo queda claro cómo la familia adoptiva le cría rodeado de amor y bienestar emocional, pero eso no evita que la madre biológica sigua presente en su mente y en corazón. El hijo ya tiene unos padres, no está buscando otros, lo que busca es completar su identidad biológica y adoptiva, algo que ocurre cuando encuentra sus orígenes, cuando encuentra esos “ojos color café” que constituyen un espejo de una parte de quién es, esto le ayuda a entender su historia, ya no hay pedacitos sueltos, todo encaja, y es en ese momento cuando con la frase “ya llegué. Acá estoy hoy. Este soy yo” completa su identidad y puede volver tranquilo a su hogar y refugio que son sus padres adoptivos.
Este es un cuento muy recomendable, no solo para los hijos adoptados, también para sus padres adoptivos, en él pueden ver reflejados muchos de sus deseos y temores. “Ojos color café” les puede ayudar a comprender mejor a su hijo.
¡Enhorabuena Flor!
Montse Lapastora